viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Porque conocer Salta?

Es muy gratificante visitar la capital de la provincia argentina de Salta ya que encierra historia, tradición y arquitectura virreinal. La impronta española la distingue del resto de las ciudades del país. Se siente la influencia colonial al andar por sus calles y se la va descubriendo en sus viejas casonas coloniales con balcones de madera.

La belleza sorprende en la ciudad y alrededores y toda la provincia merece sin dudas su apodo: "Salta, la linda". El Tren de las Nubes es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo y parte desde la provincia de Salta y cruza la Cordillera de los Andes.

La ciudad de Salta se encuentra rodeada de cerros y está levantada en el Valle de Lerma a partir de 1582. Es imponente la Catedral, tan imponente como las imágenes que encierra y que son objeto de veneración: el Señor y la Virgen del Milagro, que convocan en septiembre a la procesión pública más célebre de la Argentina.

El antiguo Cabildo, con su Museo de la historia del Norte y numerosos negocios de platería criolla completan el sector de la plaza. A una cuadra, la Iglesia San Francisco. del siglo XVIII, es una de las más bellas por su ornamentación, colorido y la vistosa torre de 57 metros, la más alta de Sudamérica en el momento de su construcción.

Un recorrido por la ciudad debe incluir una visita al convento San Bernardo de las Carmelitas Descalzas. . También se puede subir por el teleférico al Cerro San Bernardo para contemplar la vista de la capital y sus alrededores. El monumento a Guemes, al pie del cerro San Bernardo, y el Monumento 20 de Febrero, en el norte de la ciudad, son otras tantas obras que se recomienda visitar.

Valle encantado-Cachi

Con un paisaje extraordinario que une formas y colores naturales de sorprendentes contrastes, donde la erosión eólica y la lluvia han esculpido en años insólitas y sugestivas bellezas. Se puede obsevar allí una pequeña laguna y pinturas rupestres en el interior de cuevas y aleros. También es lugar del avistamiento del Condor. Se puede acceder al lugar por un desvío de 4 Km de fuerte pendiente y encontrar al  Guarda Parque en el camino a Tonco. Se recomienda no bajar en vehículo si el camino esta humedo por lloviznas.
Continuando por Ruta Provincial N°33 a Cachi a 6 Km de Piedra del Molino se pasa por Cachipampa, la ruta se interna por un vallecito de laderas suaves y cubiertas de pastizales aprovechados por los pastores de ganado vacuno que tienen allí sus puestos, más adelante el paisaje se abre y se ve una cuenca cerrada y la laguna El Hervidero, formada en época estival por la acumulación de aguas de lluvia y donde ocasionalmente se podrá ver guanacos pastando tranquilamente. Luego el camino se vuelve sinuoso y bastante angosto, serpenteando entre formaciones calizas muy erosionadas.








Tren a las nubes

Historia

Este emprendimiento ferroturístico, hoy de renombre mundial, nace por iniciativa de las autoridades del Ferrocarril General Belgrano, quienes en noviembre de 1971, resuelven hacer correr un tren experimental con funcionarios y periodistas.
El 16 de julio de 1972 -hace 29 años- se realiza el primer viaje oficial turístico, lo que se mantendrá por 18 años, hasta 1990, cuando los ferrocarriles del Estado son privatizados. Desde 1991, el emprendimiento turístico "Tren a las Nubes" permanece en manos de capitales privados salteños.
Haciendo un poco de historia vemos que al iniciarse la explotación de los valiosos salitres de la zona de Antofagasta (Chile); extraer las riquezas era muy difícil por la falta de provisiones para los mineros; los alimentos se llevaban a través de la cordillera desde los valles argentinos. Queso, charqui, higos, eran acarreados a lomo de mula, y llevar los arreos de ganado constituía una verdadera proeza.
A fines del Siglo XIX, algunos tuvieron la idea de construir un ferrocarril que fuera hasta el norte de Chile para facilitar la salida de los minerales, aumentando el comercio entre los dos países. La intención era tender los rieles por el paso de Huaytiquina por el cual se llevaba el ganado.
Los estudios fueron postergando la obra hasta que en 1921 el Presidente Yrigoyen autorizó su construcción; encomendando la dirección de esta obra al ingeniero norteamericano Ricardo Fontaine Maury. Así el primer riel del transandino del norte (otro de sus nombres), se colocó el 20 de febrero de 1921, estando previsto terminarlo en seis años; pero sólo en 1948 se unieron las vías chilenas y argentinas en Socompa; siendo en febrero de ese mismo año cuando el tren partió de Socompa llegando a Salta al día siguiente.


El origen del nombre

El nombre de "Tren a las Nubes" se debe a un filme en colores, realizado por dos camarógrafos tucumanos -estudiantes de la Universidad Nacional-, en los primeros años de la década del '60, que hicieron el tramo Salta-Socompa a bordo del tren internacional de pasajeros, que en esos tiempos corría traccionado por máquinas a vapor, -las famosas "1300"-, y salía de la Estación Salta los días jueves a horas 11.05.
Los camarógrafos apalabraron al maquinista, para que cuando la formación llegara al viaducto La Polvorilla, la máquina hiciera una descarga lateral de vapor, de forma tal que ellos pudieran filmarlo desde las ventanillas de los vagones. Así ocurrió, y el vapor liberado por la máquina, a consecuencia de la baja temperatura del lugar, no se disipó rápidamente y quedó flotando por unos momentos en el firmamento puneño, lo que facilitó la filmación. El trabajo posteriormente fue ofrecido al Ferrocarril, quien luego de adquirirlo lo cedió al periodista del diario Clarín, Emilio Petcoff, a los fines que hiciera el guión del documental. Petcoff, al observar la filmación, se vio atraído por el chorro de vapor que la máquina exhaló en La Polvorilla y tituló al trabajo "Tren a las Nubes". Posteriormente Ferrocarriles Argentinos adoptó este nombre para el único emprendimiento turístico que en ese momento tenía en el país, y que recorría 240 kilómetros sobre el Ramal C 14, Salta Antofagasta.

El Recorrido

Va de la estación de tren de la ciudad de Salta hasta el Viaducto de La Polvorilla.
La altura de sus vías que llegan a los 4.200 metros sobre el nivel del mar, lo convierte en uno de los trenes mas altos del mundo.
Cuenta con servicio de comedor a bordo, traductor y asistencia médica por los problemas que pudiera ocasionar en algunos pasajeros la falta de oxígeno que provoca la altura. El recorrido tarda unas dieciséis horas, desde las siete de la mañana hasta aproximadamente medianoche o más. Posee un recorrido de 217 kilómetros. Atraviesa 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 "rulos" y 2 zigzags.
Durante todo el recorrido se realizan dos paradas: una, en la estación de San Antonio de los Cobres, y la otra, en el viaducto La Polvorilla.
Parte de la ciudad de Salta, el punto más bajo, y desde allí inicia el camino de ascenso hasta el punto final del recorrido, el viaducto La Polvorilla, el más elevado de toda la línea del convoy. En las diferentes estaciones los habitantes de los pueblos presentan pintorescos puestos con artesanías, vestimenta y productos regionales para adquirir como recuerdo del interesante viaje.
El tren cuenta con servicios tales como coche comedor, consultorio médico, audio, video y guías bilingües.

Fotos del Tren a las nubes





Los niños de Llullaillaco-La ceremonia

Las actividades religiosas en el mundo andino se relacionaban con la naturaleza y la fertilidad; especialmente el ciclo agrícola y las estaciones del año.
Uno de los rituales más importantes del calendario Inca fue la Capacocha o Capac Hucha que puede traducirse como “obligación real” y que se realizaba en el mes dedicado a la cosecha. Entre abril y julio se hacían fiestas y ofrendas de reconocimiento y de gratitud, muchas de ellas asociadas al ancestro inca Mama Huaco, que les había dado el primer maíz. La ceremonia abarcaba montañas, islas y otros adoratorios o huacas que se localizaban en toda la extensión del Tawantinsuyu, y servía para unir el espacio sagrado con el tiempo ancestral.
De las cuatro direcciones del estado Inca algunos poblados enviaban uno o más niños al Cusco, los que eran elegidos por su excepcional belleza y perfección física libre de todo defecto, por lo general hijos de caciques y con el fin de realizar alianzas en estos ritos.
En el Cusco se reunían en la plaza principal ante las imágenes de Viracocha (dios de la creación), el Sol, el Trueno y la Luna.
Allí los sacerdotes efectuaban sacrificios de algunos animales y después, junto al Inca, oficiaban matrimonios simbólicos entre las criaturas de ambos sexos, quienes debían dar dos vueltas a la plaza, alrededor del ushnu, una construcción que representaba el centro simbólico del mundo inca.
“…llevaban por delante en hombros los sacrificios y los bultos de oro y plata y carneros y otras cosas que se habían de sacrificar; las criaturas que podían ir a pie, por su pie, y las que no las llevaban las madres…” (Molina, 1575).
Luego de esta celebración, los niños, sacerdotes y acompañantes regresaban a su lugar de origen, pero no lo hacían por el camino real, sino en línea recta, debiendo salvar todo tipo de obstáculos del terreno. La peregrinación podía durar semanas o meses según la distancia; al llegar, eran recibidos y aclamados con gran regocijo.
Después de la celebración, el séquito iba al lugar donde realizarían la ofrenda entonando canciones rítmicas en honor al Inca. La criatura era vestida con la mejor ropa, le daban de beber chicha (alcohol de maíz), y una vez dormida era depositada en un pozo bajo la tierra, junto a un rico ajuar.
Según la creencia Inca, los niños ofrendados no morían, sino que se reunían con sus antepasados, quienes observaban las aldeas desde las cumbres de las altas montañas.
Las ofrendas humanas se realizaban solo en las huacas o adoratorios más importantes del Tawantinsuyu.
También en ocasiones especiales, como la muerte de un Inca, quien emprendía su viaje hacia el tiempo de los antepasados. Las vidas ofrendadas eran retribuidas con salud y prosperidad; servían además para estrechar los lazos entre el centro del estado y los lugares más alejados, como también entre los hombres y los dioses.

Los niños de Llullaillaco

Fueron ofrendados a 6.730 metros de altura, en la cumbre del legendario volcán Llullaillaco. Sus tumbas, las más altas en todo el Tawantinsuyu y posiblemente en el mundo, guardaron durante cinco siglos los secretos de un importante ritual.
Hoy, gracias a las investigaciones arqueológicas, podemos conocer más sobre la forma de vida de nuestros antepasados.
Estos niños, que hace varios siglos cedieron su tierna vida a un propósito divino en el lugar más cercano al Sol, hoy nos transmiten la sabiduría milenaria de los pueblos que habitaron en el mundo andino.
Las características únicas del hallazgo y el estado de conservación de los cuerpos, obligan a un cuidadoso y respetuoso tratamiento.
No son simples objetos que se exponen en una vitrina. Son seres humanos cuya exhibición puede generar diferentes tipos de reacciones y sentimientos.
Por ello el visitante puede elegir si desea o no observar los cuerpos, siempre con mucho respeto y silencio.
Este museo, específico en su temática, intenta ser un generador de inquietudes y preguntas cuyas respuestas se encuentran en los miles de años de nuestra historia americana.

La Niña del Rayo

Esta niña tenía un poco más de seis años. Estaba sentada con las piernas flexionadas, las manos semiabiertas apoyadas sobre los muslos y su rostro en alto apuntando hacia el Oeste-Suroeste.
Luego de su entierro, en algún momento de los últimos siglos la elevada temperatura de una descarga eléctrica quemó parte de su rostro, cuello, hombros y brazos, como asimismo sus prendas y parte del ajuar que la acompañaba.
Lleva puesto un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja multicolor. Sobre sus hombros la cubre un manto o lliclla de color marrón sostenida por un prendedor o tupu de plata colocado a la altura del pecho.
La cabeza y parte del cuerpo estaba cubierta por una gruesa manta de lana oscura, y todo el cuerpo estaba envuelto en otra manta de color claro con bordados rojos y amarillos en su perímetro.
Su cabello lacio está peinado con dos trenzas pequeñas que salen de la frente, y lleva como adorno una placa de metal. Sus ojos están cerrados y la boca semi abierta, pudiéndose observar la dentadura. Como sinónimo de belleza y jerarquía, su cráneo fue intencionalmente modificado, teniendo una forma cónica.


La Doncella

Esta joven mujer tenía unos quince años de edad. Estaba sentada con las piernas flexionadas y cruzadas, sus brazos apoyados sobre el vientre y su rostro mirando en dirección opuesta a la niña del rayo.
Tiene un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos que combinan colores claros y oscuros con los bordes rojos. Sobre sus hombros lleva un manto o lliclla de color gris con guardas rojas, sostenida por un prendedor o tupu de plata a la altura del tórax. En su pecho, cerca del hombro derecho, tiene un conjunto de adornos colgantes de hueso y metal.
Su largo cabello está peinado con pequeñas trenzas, como era costumbre en algunos poblados de los Andes. Los peinados y adornos en la cabeza servían para identificar a las personas cultural y geográficamente.
Su rostro fue pintado con un pigmento rojo, y arriba de la boca se observan pequeños fragmentos de hojas de coca.
Posiblemente esta joven haya sido una aclla o “virgen del Sol” educada en la “Casa de las Escogidas” o aclla huasi, un lugar privilegiado para las mujeres en el tiempo de los Incas.

El Niño

Tenía siete años de edad. Estaba sentado sobre una túnica gris con las piernas flexionadas y su rostro -en dirección al sol naciente- apoyado sobre las rodillas.
Un manto de color marrón y rojo cubría su cabeza y mitad del cuerpo.
Como todos los hombres de la elite incaica llevaba cabello corto y un adorno de plumas blancas, sostenido por una honda de lana enrollada alrededor de la cabeza.
Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero de color claro con apliques de lana marrón; posee tobilleras de piel de animal con pelaje blanco y en su muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.
Sus puños están cerrados; el rostro no es visible y sus párpados están semi cerrados. Posee una ligera deformación del cráneo que sugiere su origen noble.
Como parte de su ajuar se encontraban cuatro grupos de objetos en miniatura representando caravanas de llamas conducidas por hombres con finas vestimentas, representando esto una de las principales actividades masculinas.
Las hondas eran usadas por los hombres con fines rituales; con ellas lanzaban piedras a las lagunas después de la estación seca para atraer a las lluvias.

                                                                   Primera Parte



                                                                 Segunda Parte


                                                                   
                                                                     Tercera Parte
                                         

                                                                Cuarta Parte
                                                             


                                                                Quinta Parte
                                                   


                                                                   Sexta Parte

                                                               


MAMM-Museo de alta montaña

El Museo de Arqueología de Alta Montaña nace de la voluntad del Gobierno de la Provincia de Salta por resguardar, estudiar y difundir el hallazgo de los “Niños del Llullaillaco”, sin duda uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años.
Estos tres niños fueron hallados en marzo de 1999, conservados por el frío, en la cima del volcán Llullaillaco, a 6.700 mts. de altura, junto a ciento cuarenta y seis objetos que componían su ajuar: un particular mundo en miniatura que los acompañó en su viaje al más allá.
Los estudios realizados permiten suponer que vivieron hace más de 500 años, durante el apogeo del estado inca, poco antes de la llegada de los españoles.
El Museo presenta de manera didáctica, y al mismo tiempo desde una visión científica, este maravilloso hallazgo que permite ver y comprender una cultura que aún hoy permanece viva en gran parte de la América andina.

Edificio

El MAAM ocupa un histórico y señorial edificio de mediados del siglo XIX ubicado frente a la plaza principal de la ciudad de Salta.
Su fachada, restaurada y puesta en valor, se inscribe dentro del estilo neogótico de neta impronta victoriana. El interior fue remodelado, conservando estructuras históricas, a fin de adaptarlo a su nueva función.
Equipado con la más moderna tecnología, desarrolla diversas actividades que convergen en torno a la conservación, estudio y difusión de las valiosas colecciones que en él se exhiben.
Cuenta con un área de exposición permanente y otra destinada a exposiciones temporarias, laboratorios para estudios científicos y laboratorios de conservación museológica. También posee una sala de usos múltiples, cafetería y tienda de recuerdos.
La circulación entre la planta baja y sus tres niveles superiores se realiza por una escalera principal doble, independizando el ascenso del descenso. Otro módulo de escaleras, semioculto, relaciona los laboratorios entre sí. Asimismo, un gran elevador, con capacidad para 12 personas, sirve para el desplazamiento de los distintos grupos de visitantes.
Para asegurar el buen estado de conservación de su colección, el ambiente en las salas de exposición está controlado automáticamente, manteniendo el aire filtrado y desbacterizado, a una temperatura constante de 18 °C y una humedad relativa de 45 %.
También cuenta con un sofisticado sistema de iluminación controlada que varía su intensidad en las vitrinas ante la presencia o no de público.
Las salas de exposición están equipadas con tres bandas de sonido que intentan recrear cantos, música y sonidos precolombinos. A esto se suman cuatro videos documentales de moderno formato.
Las áreas de circulación pública del Museo sirven también de circunstanciales ámbitos para exposiciones fotográficas o de arte relacionado con la temática del museo.

Colección

En el M.A.A.M. no sólo se exhibe una magnífica colección, sino que también se ha creado un ámbito donde es posible acercarse al mundo andino a través de la Arqueología de Alta Montaña, y desde allí comprender el universo Inca y sus costumbres.
Los variados objetos que componen el ajuar de los Niños del Llullaillaco, elaborados con diferentes materiales (oro, plata, valva, madera, tejidos, plumas, cuero, fibras vegetales, etc.) se destacan por su excelente estado de conservación natural.
Laboratorios, espacios de investigación y salas de exposiciones, se conjugan en un plan de trabajo que nos permite ver con claridad una de las etapas cruciales en el pasado histórico del noroeste argentino.
Independiente de las modernas tecnologías y de los innovadores métodos museográficos, se ha creado un ámbito con respeto y con sentimiento, dando lugar a un Museo educativo, científico y profundamente humano.

Descubrimiento

El viernes 26 de febrero de 1999 partió de la ciudad de Salta un equipo de investigación dirigido por el Dr. Johan Reinhard e integrado por catorce personas, dos norteamericanos, seis argentinos y seis peruanos. El Ejército Argentino puso a disposición dos camiones unimog para el traslado hasta el volcán Llullaillaco, a lo que se sumó una camioneta doble tracción que permaneció en la base del volcán durante toda la campaña.
Luego de hacer escala en las localidades de San Antonio de los Cobres, Salar de Pocitos, Tolar Grande y Estación Socompa muy cercana al volcán. Al medio día del miércoles 3 de marzo se arribó al lugar donde se instaló el campamento base, a una altura de 4.900 metros.
El viaje no estuvo exento de contratiempos, los camiones recalentaban el motor y la escasez de agua de la zona transformaron esto en un verdadero problema. Antes de llegar a la ciudad de Tolar Grande, un recipiente de gasoil se derramó sobre una caja de alimentos ocasionando una pérdida grave que fue difícil paliar.
El alimento y el agua estaban calculados exactamente por día y por persona, debiendo ser muy estrictos con las raciones. En el campamento base habían dos tanques de 200 litros de agua, los cuales debían durar por lo menos una semana hasta la instalación de los campamentos superiores donde se encontraría nieve para derretir. Cada persona podía consumir un máximo de 4 litros por día, tanto para beber, limpiar las vajillas, como para el aseo mínimo personal.
Durante la primer semana se realizaron traslados de alimentos y herramientas a los campamentos intermedio intalado a 5.800 mts. y de altura a 6.600 mts. hasta dejarlos completamente equipados. También al mismo tiempo se realizaron trabajos de relevamiento y registro de los numerosos sitios arqueológicos ubicados entre la base y la cima.
El campamento estaba formado por varias carpas pequeñas para dos o tres personas y una carpa grande donde entraba todo el equipo, además de ser un espacio para comer, el grupo se reunía y planificaba las actividades de la campaña. Había turnos rotativos para encargarse de la comida del día, limpieza de las vajillas y derretimiento de nieve para el abastecimiento de agua..
Se trasportaron dos garrafas de gas de 10 Kg para hacer funcionar un anafe de dos hornallas.
En cada campamento se construyó un pequeño pircado o empalizada para que funcione como baño. El campamento superior (6.600 m) se instaló en un lugar protegido de las frecuentes tormentas eléctricas estivales.
La comunicación entre los campamentos o grupos de trabajo se realizaba a través de radios de largo alcance, se disponía además de un teléfono satelital para cualquier emergencia y para comunicarse con los familiares de los expedicionarios. Para recargar las pilas de los equipos se trasportaron dos baterías de automóvil que a su vez eran alimentadas con un panel de energía solar despleglable.
El miércoles 10 de marzo ya estaban todos los integrantes del equipo de investigación en el último campamento a 6.600 m. Las tareas realizadas los dos primeros días en la cima consistieron en el relevamiento de todas las estructuras arqueológicas y una excavación en un pircado circular. Los días 12 y 13 de marzo se desató una tormenta que cubrió el campamento con medio metro de nieve, debiendo los expedicionarios suspender todas las actividades y permanecer en las carpas, en estos días se registraron temperaturas extremas de 37° C bajo cero.
“Las condiciones sólo aumentaron mi respeto por la hazaña de los incas, no sólo haber excavado las tumbas, sino también construido estructuras a más de seis kilómetros de altura utilizando piedras encontradas en la cima de la montaña”
J. Reinhard
El domingo 14 de marzo cuatro integrantes del equipo descendieron para regresar a Salta mientras el resto del grupo reinicia las actividades de registro y excavación en la plataforma ceremonial. Al día siguiente aparecieron tres figurillas de llamas, dos de concha marina y una de plata, constituyéndose en el primer hallazgo realizado en el lugar de ofrendas de la cima. Medio metro más abajo se encontraba el cuerpo de El Niño.
El miércoles 17 de marzo el peruano Arcadio Mamaní descubrió en el sector Sur de la plataforma el enterratorio del niño y su ajuar. Ese mismo día, pocos metros más al norte, el salteño Antonio Mercado y el peruano Ruddy Perea localizaron el cuerpo de una jovencita hoy conocida como La Doncella. El enterratorio de la Niña del Rayo fue descubierto dos días después por el peruano Orlando Jaen.
“Esto es increíble, gritó, y todos nos reunimos para ver que había encontrado una hilera de tocados de plumas multicolores, cuatro estatuas femeninas enterradas. Al seguir excavando hallamos un bulto revelador. Consternados, vimos que la envoltura exterior estaba calcinada: la descarga de un rayo había penetrado más de un metro en la tierra y alcanzado a la momia.”
J. Reinhard
El sábado 20 de marzo concluyeron las excavaciones en la cima y los investigadores procedieron a rellenar los pozos y dejar el lugar como estaba antes de las excavaciones
A través del teléfono satelital el Dr. Reinhard se comunicaba con el Director de Patrimonio Cultural de Salta, arquitecto Mario Lazarovich, coordinando las acciones para el traslado adecuado de los cuerpos y ajuar a la ciudad de Salta.
El viernes 26 de marzo, luego de permanecer en la base del volcán durante un par de días realizando el acondicionamiento y catalogación de los materiales, el grupo inició el regreso a la ciudad de Salta a la que llegaron al día siguiente en horas de la noche.


Salinas Grandes

Se ubica en la zona limítrofe de las provincias argentinas de Jujuy y Salta denominado Salinas Grandes. Tales salinas se extienden por el sector llamado Puna Jujeña (aunque en parte sea salteña) en los departamentos jujeño de Tumbaya y el salteño de La Poma, encontrándose el centro del salar.Las Salinas Grandes de Jujuy y Salta son prácticamente el nivel de base de una cuenca endorreica que se continua hacia el norte en las Lagunas de Guayatayoc, lagunas fuertemente saladas y alcalínicas. Estas salinas tienen como límite que le separan de la Quebrada de Humahuaca la sierra del Chañi por el sur y el este, mientras que por el norte y el oeste sus límites se hacen más difusos en el desierto de la Puna Salada. El origen de las Salinas Grandes de Jujuy y Salta data de un extenso periodo ubicado temporalmente entre 5 y 10 millones de años antes del presente.En tal extendido plazo la cuenca de este salar se cubrió de aguas con gran cantidad de sales provenientes de la actividad volcánica, la evaporación paulatina de tales aguas saladas continentales dio origen a este salar que posee una costra cuyo espesor promedio es de 30 centímetros.